Estamos viendo un momento convulso en el que suelen producirse cambios y se rompen tabúes. La arquitectura no es ajena a todo lo que le rodea y por eso, se buscan alternativas a la tradicional. Es entonces cuando nos fijamos que una arquitectura diferente, basada e integrada en la naturaleza, es posible. Lo disfrutamos en el Solar Decathlon Europe en la edición que se acaba de celebrar en Madrid, lo pudimos leer en el post “Arquitecturas prefabricadas” y ahora queremos conocer nuevas formas de viviendas, por muy extravagantes que sean. Existen tantas variedades como la mente humana sea capaz de imaginar: casas subterráneas, hechas con contenedores de barco, en los árboles etc. Es en este último caso en el que nos queremos detener hoy.
Desde tiempos remotos, el hombre ha utilizado las casas en los árboles para protegerse de los peligros o para almacenar y resguardar alimentos. También han sido utilizadas como elemento recreativo para los niños y, actualmente, cada vez hay mas empresas de arquitectura especializándose en este tipo de construcciones con tamaños, acabados y materiales muy diversos.
Si está interesado en tener una casa en un árbol, la primera cosa fundamental es elegir bien el árbol, siendo los que mejor se adaptan el Roble, Fresno, Haya, Castaño y grandes conífieras como el Cedro, el Pino y el Abeto. Una vez escogido el árbol a habitar, el rango de posibilidades es prácticamente infinito, pudiendo crear cuerpos arquitectónicos a baja altura o en la copa; en una altura o en varias; interconectar árboles o una casa aislada. También las instalaciones se pueden resolver para que no falte nada y no se eche en falta las comodidades de la casa tradicional. Como siempre, el límite lo pone la imaginación y el presupuesto.
Os dejamos unos enlaces de webs dedicadas a este tipo de construcciones en las cuales podréis ver detalles y fotografías de infinidad de modelos:
BaumRaum, empresa alemana con amplia experiencia.
Amazon Tree Houses Ltd. Ubicada en el Reino Unido.
Casarbol, pioneros en España, están en Hospitales de LLobregat
The Cool Hunter, referente en el diseño, también se ha fijado en este fenómeno.
